Mi nombre no importa todavía…
Provengo de tierras lejanas aunque ya pertenezco a muchos lugares. He vivido mucho pese a mi edad pero aún no domino el arte del olvido. Rescatando mis sentidos ya perdidos hace tiempo, continúo envejeciendo. Sigo sumida en mi desierto, aquel que me vio dar pasos en falso, crecer, llorar, implorar luz… Conscientemente estoy sola y ya los vientos son mi guía.
Mi pesadilla es siempre el optimismo. Me duermo débil, soñando que soy fuerte. Pero el futuro aguarda, es un abismo…